La crisis de la Universidad Pública de la ciudad de El Alto (UPEA) refleja la crisis de la sociedad boliviana y especialmente el momento pre electoral. La pugna por controlar el poder en la Universidad tiene como válido cualquier método: corrupción, ilegalidad, utilización de mercenarios, oferta de favores, matonaje, etcétera; se oferta y se vende todo al mejor postor, algo similar a lo que sucede en el conjunto de la sociedad con dirigentes y personajes que se están promocionando a los partidos políticos del momento, incluido por supuesto el Movimiento al Socialismo de Evo Morales.
Rime Choquehuanca resguardado por grupos de choque y seguridad de la UPEA, algunos tomando fotos para detectar a estudiantes y docentes y realizar la persecución política a opositores. |
El conflicto que estalló nuevamente en la UPEA tiene viejas raíces. El nacimiento como universidad autónoma y plena fue producto de una lucha muy dura, la UPEA de entonces, manejada por los curas bajo un aplastante control seminarista y beato no era ajeno al matonaje, chantaje y persecución contra los dirigentes del movimiento democrático que pugnaban por una universidad libre bajo los principios de la Autonomía Universitaria.
A pesar del tiempo transcurrido los métodos reaccionarios de hacer política continúan. Es de conocimiento público que las últimas elecciones para rector y vicerrector fueron totalmente irregulares. Para comenzar el comité electoral sufrió el abandono del estamento docente y algunos estudiantes debido a cuestionamientos por la forma en que el Comité Electoral inhabilitaba a algunos frentes, aun así, quienes quedaron en el comité electoral decidieron llevar adelante el proceso y para ello adquirió toda la logística, mercenarios de “seguridad” incluidos, pagados quien sabe de dónde pues el Comité Electoral al no estar compuesto por los estamentos correspondientes (faltaban los docentes) no puede recibir dinero de la Universidad.
A pesar de aquello el irregular proceso siguió en marcha con muchas carreras que decidieron en asambleas no participar, entre las que se encontraba toda el área de sociales, contaduría y otras que cuestionan la legalidad del evento.
Los resultados fueron desastrosos, solo dos frentes siguieron en marcha y un tercero renunció a participar faltando unos días. De más de 30 mil estudiantes y docentes, solo participaron cerca de 14 mil, algo que de por sí ya habría anulado las elecciones, peor fue el resultado del conteo, porque más del 50% fueron votos nulos y blancos, los candidatos en carrera, los dos juntos, no pudieron llegar a la mitad de los votos necesarios, cosa que cuestionó doblemente las elecciones.
Esto nos hace recordar a las elecciones a autoridades judiciales que hizo el gobierno, donde la población le echó encima más de 50% de votos nulos y blancos, todo el conjunto de candidatos, que fueron muchos, no pudieron imponerse al rechazo de la población, sin embargo el gobierno sin sonrojarse la cara los posesionó como nuevas autoridades. Es que estamos acostumbrados a una cierta “oligarquía” de los famosos votos válidos, lo que hace que el sentido democrático, es decir, la expresión de las personas a la hora de emitir su decisión, no cuente si es que ésta se opone a todo el proceso que lo entiende como una farsa y un engaño.
Datos de la pizarra de la Segunda vuelta en la UPEA |
Esta manera de hacer las cosas no es nueva ni en la universidad ni en el país. La vieja práctica antidemocrática de imponerse por una “mínima minoría” ajena a toda legalidad ha sido practicada por los viejos partidos que han existido en el país, también ha sido una práctica de muchos frentes reaccionarios en la vida universitaria, la fuerza para imponerse ha residido en la facilidad de movilizar una tropa de choque mercenaria suficiente para amedrentar a la población estudiantil y mantener a raya al movimiento universitario democrático y progresista. A pesar de que la UPEA goza del voto universal, lo que en teoría le permite mayor poder a los estudiantes, las mafias de burócratas se imponen cooptando y escindiendo al movimiento estudiantil, las medidas progresistas no se pueden realizar plenamente si están enmarcadas dentro de un viejo sistema que reproduce el prebendalismo, la corrupción, el matonaje y la persecución, como es el sistema de la universidad y del país en su conjunto.
Consolidar la siguiente etapa del proceso electoral requería que las autoridades universitarias no se opongan a la misma ni cuestionen la legalidad del proceso. Para ello, recurriendo a la vieja práctica de contratar mercenarios, los candidatos pusieron su cuota y enviaron matones a impedir que el Consejo Universitario se lleve adelante (no colocamos lo de honorable porque nos rememora la fétida feudalidad) y la emprendieron a golpes y ataques con armas blancas destruyendo sillas, escritorios y ventanas además de golpear a las autoridades presentes y enviar a un estudiante al hospital con un corte en el abdomen.
A pesar de la indignación de los estudiantes democráticos, las altas autoridades interinas no estuvieron dispuestas a enfrentar estos hechos. El oportunismo de éstas y otras direcciones de carrera que casi siempre buscan amarrar con el nuevo jefe es una práctica que traiciona las aspiraciones democráticas de estudiantes y algunos docentes que quieren una universidad que no tenga las lacras de la corrupción, la prebenda, la cooptación estudiantil, el matonaje, la persecución política, los gastos dispendiosos y que esté al servicio de su pueblo. A pesar de todo, el movimiento democrático se planteó enfrentar la segunda vuelta que era una afrenta a la Universidad.
El periodo de aparente calma que se abrió entre primera y segunda vuelta sirvió para descubrir los intereses detrás de los candidatos. Se abrió la propaganda nuevamente con prebendas tradicionales, el candidato Rime incluso pagó un spot televisivo y su tienda política levantó la bandera del antiemenerrismo contra su contrincante Saúl Calderón. El objetivo claro era mostrar al contendor como el que servía a viejos partidos reaccionarios, sin embargo, empezaba a crecer los rumores de los arreglos de Rime con el MAS, en particular con la gobernación que manda el señor Cocarico.
Lo que ha quedado claro es que se usó mucho dinero y eso no se pone simplemente por amor al arte, está claro que hay grandes intereses detrás de uno u otro candidato. Al gobierno le conviene autoridades dóciles en la UPEA en particular porque el año que viene es de elecciones y no le vendría nada mal mantener a raya y en calma a los estudiantes. El gobierno ya ha tenido pactos solapados con los rectores anteriores, a pesar de la escandalosa corrupción el gobierno nunca tuvo problemas en mantener arreglos por ejemplo con el ex rector Dámaso Quispe, siempre fueron muy convenientes los anuncios del Ministerio de Economía cuando la gestión de Dámaso era fuertemente cuestionada por casos de corrupción.
El interés del gobierno de Evo Morales en relación con la Universidad se centra fundamentalmente en el cálculo político y no le importa establecer alianzas con las castas mafiosas y antidemocráticas que se encumbran en la Universidad, para el gobierno no ha sido problema hacer la alianza aberrante con la Unión Juvenil Cruceñista, porque al fin y al cabo lo que le interesa son los acuerdos que lo ayudan a mantenerse en el poder. El discurso de algunas autoridades masistas de preocupación por la universidad e incluso por una verdadera reforma universitaria es una posición hipócrita y cínica pues donde el MAS ha hecho alianzas con autoridades universitarias se ha abierto periodos de persecución contra los dirigentes del movimiento democrático universitario.
Finalmente llegó el día de la segunda vuelta y nuevamente el movimiento democrático rechazó las elecciones, lo que le valió que una turba de mercenarios de seguridad, armados de palos, toletes y bombas lacrimógenas en spray y granadas, los atacaran duramente. Los estudiantes y algunas autoridades del área de sociales y contaduría sufrieron la parte más dura incluso con heridos de cierta gravedad; algunos miembros de “seguridad” fueron detenidos.
Para el movimiento democrático la mano del gobierno estuvo presente, entre la “seguridad” reconocieron a policías de inteligencia que actuaban de parte de los organizadores de la segunda vuelta, además la policía llegó de manera “oportuna”, para detener a los estudiantes (que después tomó un tiempo aclarar quiénes fueron los agresores y quienes los agredidos) y luego resguardar las elecciones ilegales. Una vez más los elementos policiales actuaron al servicio de la mafia electoral.
Seguridad Privada: foto tomada minutos antes de la violencia a la carrera de Comunicación Social y Contaduría UPEA |
Policías resguardan Edificio Emblemático para posesionar a Rime Choquehuanca como rector de la UPEA |
Este descarado mensaje de legitimidad nos recuerda mucho al proceso de la “consulta previa” llevada adelante por el gobierno en el TIPNIS, las elecciones en la UPEA han sido tan truchas como la consulta gubernamental con los indígenas, y el mensaje final sobre la legalidad y legitimidad ha sido igualmente descarada y cínica como el mensaje de Rime Choquehuanca, por eso establecemos paralelos en la acción política de estos actores en la Universidad con la acción política del gobierno en la sociedad y creemos que no nos equivocamos. Tampoco equivocado establecer paralelos a lo que la población universitaria vio en la posesión simbólica de Rime, los estudiantes de la FUL, Alí y Puma involucrados en el sobreprecio de equipos de computación tan escandalosamente descubiertos por las propias autoridades universitarias y difundidos ampliamente en la prensa eran parte de la tropa de Rime, la misma gente que apaño la corrupción de los ex rectores como Dámaso, los que han hecho todo lo posible por enterrar esos escándalos y procesos administrativos y penales de toda esa mafia corrupta, los mismos que aparecieron en fotos en hoteles de 5 estrellas bebiéndose el dinero de los estudiantes y negociando cargos y beneficios universitarios, los mismos que se vieron involucrados en actos de matonaje, estos mismos elementos han subido al carro del “nuevo rector”.
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