La falta de respeto mutuo, la individualidad y la situación económica son las causas
En la percepción del 46% de los habitantes de la urbe alteña la “familia ideal” no existe. Entre los argumentos expuestos por los entrevistados figuran: la desestructuración del núcleo familiar en los últimos tiempos y una creciente falta de respeto, según el estudio “Estructuras e interacciones familiares”, elaborado por la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
“Para mí, en la familia de ahora se perdió el respeto de hijos a padres, ya no existe la comprensión de padres a hijos, prevalece la violencia tanto física como psicológica. Las familias se separan porque perdieron los valores del amor y el respeto de unos con otros y en consecuencia surge el divorcio”, expresó una estudiante de Derecho de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), de acuerdo con el informe.
Una de las preguntas planteadas fue: ¿cómo son las familias hoy en día? 79% la calificó de individualista y desestructurada, 17% aseguró que ya no existe respeto en el interior de ellas y 4% opinó que padre y madre abandonan sus responsabilidades.
Una de las causales para la desestructuración, según la investigación, es la pobreza, que tiende a dispersar a las familias nucleares, o sea, las conformadas por padre, madre e hijos.
“Muchas veces, a causa de los magros ingresos económicos que no logran cubrir las necesidades básicas de la unidad doméstica, a pesar del trabajo de todos los componentes de la familia, ésta se separa y los hijos buscan de manera individual sus propios derroteros”, indica el estudio.
Optimismo. Del otro lado, el 54% de los encuestados en El Alto respondió que sí cree en la “familia ideal” y que ésta se constituye en un espacio donde se demuestra cariño y, sobre todo, el respeto a los padres.
Sin embargo, un factor importante que se recalca es que conseguir la consolidación de una familia funcional depende mucho de los ingresos económicos con que cuente para su subsistencia, ya que ante una eventual carencia, la percepción es que las relaciones pueden tender a deteriorarse e incluso romperse.
La investigación también revela que 71% considera que en las relaciones internas de las familias aún se mantienen presentes sentimientos como el cariño y el amor; pero 21% percibe que el respeto se fue perdiendo con el transcurrir del tiempo por diferentes razones y que esta tendencia se consolida.
La madre toma las decisiones
-50% asegura que la madre es quien toma las decisiones económicas y sentimentales en el hogar, frente al 29% que cree que es el padre. 21% dice hacerlo por sí mismo. En lo refe-rido al aporte económico, estas cifras se repiten.
-Para el 70% la familia es un espacio donde encuentran protección y afecto, en tanto que el 13% de los encuestados considera que es el ámbito donde uno aprende y se educa.
Mujer: ‘vaca sagrada del hogar’ en Cochabamba
En la familia cochabambina, las mujeres desempeñan el papel de “vacas sagradas”, porque son cuidadas por su utilidad, el servicio que realizan a la sociedad y los fines de la misma, resalta una investigación de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
El estudio señala que el rol de la mujer en la sociedad cochabambina no sólo consiste en la crianza de los hijos dentro de la primera etapa, sino también en preocuparse por cada aspecto de la vida familiar y extrafamiliar.
“La familia cochala es matriarcal, acogedora, se podría decir que un poco absorbente porque cuando un hijo tiene una pareja se la acoge, incluso hasta sus problemas”, expresó una estudiante de Psicología de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS). El psicólogo Róger Cuevas coincide con tal afirmación, pues también considera que en Cochabamba persiste el “matriarcado”, es decir, que el poder del círculo social reside en la mujer.
Padres. La figura paterna, en cambio, tiene importancia por su labor productiva. Además, la investigación estableció que con los varones se manifiesta una distancia afectiva porque, en la mayoría de los casos, éstos deslindan responsabilidades de este tipo dentro del núcleo familiar.
El informe también resalta que la hora de la comida es aprovechada para la integración familiar en la casa del valluno. “Es un instante donde intercambian información y pasan un tiempo con familiares o amigos, constituyéndose en un espacio clave para entender su idiosincrasia”, se lee en el informe “Estructuras de Interacciones Familiares”.
Al igual que en la ciudad de La Paz, la mayoría de las familias de Cochabamba estrecha mucho los vínculos con parientes en diversos grados, incluso si éstos no viven bajo el mismo techo.
08 de Julio de 2012
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