Luego de leer y escuchar los principales resultados de los 25 estudios que compila el documento de MEDIOS A LA VISTA 2 y luego de haber tenido también el privilegio de leer hace un par de años atrás MEDIOS A LA VISTA 1 donde se identificaba las tendencias del trabajo periodístico en el país, considero que los aportes en un tiempo de incertidumbres como el que vivimos son fundamentales a momento de hablar de medios de comunicación social y el ejercicio del periodismo en particular.
Si bien para algunos, principalmente los políticos, los medios son un problema, el Director del OBSERVATORIO NACIONAL DE MEDIOS (ONADEM) de la Fundación, UNIR, Erick Torrico, afirma que más bien los medios deberían de considerarse como objeto de problematización. La afirmación de Torrico es, en esencia, lo que propone este libro.
Y objeto de problematización, porque desde la información periodística, la reorganización del campo mediático y el derecho a la información y comunicación (DIC), los medios no son pasivos ni observan desde la palestra lo que ocurre, sino que la conflictividad permanente que vive el país o la dinámica social misma ya no pueden ser sin los medios.
Las temáticas de reflexión que asume UNIR en esta publicación nos permiten percibir, analizar y valorar diferentes aspectos, el primero y que a mi criterio es fundamental, referido al Derecho a la Información y Comunicación, el cual, desde el punto de vista de la Fundación y a pesar de estar reconocido por la Constitución Política del Estado y haber estado en el centro de la agenda de debate público, es desconocido y hace falta su aclaración conceptual, legal e incluso doctrinal. Evidentemente, UNIR se manifestó públicamente sobre la regulación y de la información y comunicación que se debatió en Bolivia como en el caso de situaciones como la Ley del Régimen Electoral, Ley contra el Racismo y Toda forma de discriminación, Ley General de Telecomunicaciones, Tecnologías de la Información y la Comunicación, principalmente. Desde mi punto de vista éste es un gran aporte de UNIR y del OBSERVATORIO, es dar explícitamente una posición y ofrecer una palabra sustentada sobre la regulación a los medios y el periodismo.
El Derecho a la Información y Comunicación debe ser conocido, apropiado no solo por los periodistas y los propietarios de los medios, sino por el ciudadano y ciudadana que pueden ejercer su derecho a recibir y acceder a información fidedigna, oportuna y necesaria en una sociedad donde el común denominador es la incertidumbre en medio de la conflictividad.
En cuanto a los temas puntuales que aborda el documento y que es difícil en pocos minutos hacer un balance, sino más bien creo oportuno focalizar los comentarios en algunos casos y generalizar en otros. Primero, la calidad de la cobertura informativa, en escenarios de conflictos como el de 2008 indica que la televisión prioriza la disputa entre los bandos pero no explica el origen del conflicto o problema. Hay una cobertura de la violencia en vivo “teniendo las imágenes, se las muestra, muchas veces sin decoro ni ética” pero en definitiva mostrando la violencia, los actores muchas veces están anónimos. En este caso, creo que queda para los medios y periodistas el desempeño de su rol informador, el ejercicio de los principios éticos y los valores que los sostiene para el trabajo de servicio a la sociedad.
En el caso del terrorismo, la cobertura centrada en acciones del gobierno y en las investigaciones. De acuerdo al estudio realizado, sólo un diario se refirió a los derechos humanos. La situación hace reflexionar sobre las normas técnicas y lingüísticas que se deberían de tomar en cuenta tomando en cuenta el cuidado en el uso del lenguaje. Además, como afirma Carlos Soria, “los medios tienen una parte fundamental en la pacificación de las sociedades y mantenimiento de la esperanza”, en estas situaciones de conflicto, iniciadas con el atentado a la casa de Terrazas y la muerte de Rosza, los medios se autoadscribieron a la posición de testigo y difusor de las imágenes impactantes.
El estudio de los medios gubernamentales confirmando que el uso es casi exclusivo de fuentes oficiales y temáticamente se concentran en temas. La demanda sobre lograr medios e información veraz, plural para el ciudadano es la que debe tener eco en estos medios y en los periodistas.
La oferta periodística en idiomas nativos como es el caso que se estudia en Cochabamba y El Alto nos ponen ante un escenario mediático que está mudándose, transformándose y que está respondiendo a las necesidades y realidades del entorno y aunque aún hayan ciertos aspectos que analizar sobre la calidad del contenido, las fuente, el contexto y cobertura misma. De hecho la radio lleva la delantera a los otros medios (la Red Quechua Nacional es un gran avance en este sentido, pero las radios comunitarias también) y es la que más singularmente “narra” las realidades y hechos circundantes a estas culturas pero bien afincadas en el entorno españolizado también. De todos modos, como resultado de uno de los estudios, está el hecho que en El Alto la difusión en aymara es mayor pero las noticias provienen de La Paz. ¿Descontextualización? ¿Concentración monotemática en la política de la Plaza Murillo?
Un tema que como tarijeños y tarijeñas nos interesa es el de las Autonomías, el mismo que mereció un estudio comparativo propuesto por el ONADEM entre la agenda política y la agenda periodística poniendo especial interés en cómo los medios configuraban “ideas fuerza” en torno al tema. Evidentemente y según los resultados los diarios tarijeños junto con La Palabra del Beni fueron los que mayor número de notas periodísticas publicaron en relación a los muchos otros departamentos. La temática central revela nuevamente la polarización entre oficialistas y opositores, y sus evidentes posiciones encontradas en el tema. En este caso la agenda mediática siguió a la agenda política. En ese escenario, la Ley Marco de Autonomías y la marcha de la CIDOB fueron los temas centrales, enfocados principalmente a la autonomía departamental en detrimento de la autonomía regional e indígena. En este caso tampoco se toma en cuenta la voz ciudadana, “hubo una baja presencia de notas que recogieran percepciones de la sociedad civil y no hubo un aporte sustancial desde el periodismo sino una mirada más superficial. Esta debilidad está íntimamente relacionada al manejo periodístico de temas de especialidad, y el acceso a la información de calidad y técnicamente fiable, más allá del discurso político y coincido con la conclusiones del informe que es urgente para los periodistas trabajar una agenda sobre temas de interés público, lo cual puede permitir un ejercicio del Derecho a la información y la comunicación de manera adecuada.
Y a ésta situación me atrevo a enlazar un trabajo que me parece fundamental que realiza UNIR y es recoger lo que dice la gente a través de lo que ustedes denominan la “Agenda ciudadana”. Periodizada en 2009 y 2010 en Medios a la Vista 2, la Agenda parte de la afirmación y reconocimiento que hace la gente sobre el rol informativo que cumplen los medios de comunicación. Los medios influyen en el pensamiento de la gente pero a la vez la sociedad percibe una crisis de credibilidad porque se dan cuenta “de qué medio apoya a qué candidato” es el caso de la época electoral 2009. Es muy determinante, para el gremio y ámbito del ejercicio periodístico saber y conocer que la ciudadanía no es más ese lector, televidente o radioescucha pasivo que creía todo lo que leía y veía o escuchaba, sino que tenemos un interlocutor activo, con mayores instrumentos y herramientas e información que antes. Se trabaja para la sociedad, no sólo para los políticos y las instituciones. Los públicos diferencias entre trabajadores de medios y los dueños y en esa misma lógica de diferenciación y racionalidad, también identifican a los primeros (periodistas) como los que dramatizan, exageran, y les falta profesionalismo y a los segundos (los dueños) como los que imponen la línea, dicen qué sale y que no sale. Si bien antes como periodistas se pedía -a manera incluso de respeto a la labor periodística y en la definición de los contenidos y enfoques- que haya esta diferenciación, evidenciamos que hoy en día los y las ciudadanas están munidos de estos elementos críticos que interpelan a los medios y a los periodistas.
Comentarios como que “Las encuestas ayudan más a los candidatos y no a los ciudadanos o cómo es evidente la identificación de los analistas en los medios como que presentan sus posiciones políticas, y se convierten en protagonistas políticos, es decir toman partido. La ciudadanía no los considera ni aceptan como “analistas imparciales”.
La gente no es noticia, no se ven, no se leen, ni se escuchan en los medios, por ello plantean contar con sus propios medios. Esa evidentemente es una llamada de atención al trabajo periodístico y el rol de los medios. Si la gente tiene sus medios, qué hacen los periodistas? A quién dedicarán su trabajo? No se trata de decir o amplificar lo que la gente quiere escuchar, pero es pensar al ciudadano y ciudadana como actor, como protagonista también en los contenidos.
Algunos temas y provocaciones para el accionar de medios, periodistas e instituciones vinculadas como la Fundación UNIR, el ONADEM y gremios:
- La seguridad del ejercicio periodístico. En América Latina durante lo que va del siglo XXI ya son 262 los periodistas muertos, cifra que cuenta también los desaparecidos de larga data. México y Colombia llevan una triste delantera donde 87 y 65 periodistas muertos violentamente nos hacen reflexionar justamente sobre un tema que esta semana se puso en la agenda de análisis público en el país: la seguridad de los periodistas en el ejercicio de sus funciones. El tema de la seguridad está íntimamente relacionado con la libertad de expresión y la libertad de prensa, tema que en Bolivia se convirtió en la piedra en los zapatos de muchos políticos a pesar de utilizar muy bien en el discurso de tinte democrático sobre las garantías de su ejercicio. Un tema a tomar en cuenta para los estudios de UNIR.
- Avanzar en un marco conceptual, doctrinario sobre el trabajo periodístico, medios de comunicación y los Derechos a la Información y Comunicación con los periodistas, con los propietarios de medios y con los mismos consumidores de los medios.
- Analizar contenidos desde los actores generacionales, los jóvenes son noticia y provocan noticias de manera que se pueda estudiar sus voces reflejadas en los medios.
- Tomar en cuenta las percepciones de la gente sobre temas de interés, visibilizar sus acciones, saberes y posiciones.
- Provocar a los medios y a los periodistas a mejorar las ofertas de contenidos, interesarse por los niños, adolescentes, también es una demanda especial que se muestra en las agendas ciudadanas que recoge UNIR en diferentes lugares del país.
- La autocrítica es fundamental, lo cual no es sinónimo de autocensura, sino es la construcción personal, la especificación del medio como ente que analiza, profundiza, interpreta el problema y contribuye a soluciones y situaciones de equilibrio societal. La columna sindical espacio de opinión propio donde se puede hablar de temas que hacen al ejercicio periodístico y otros temas desde la perspectiva del periodistas.
0 comentarios:
Publicar un comentario