Al promediar las 16:30 en puertas de la Universidad Publica de El Alto (UPEA), con cucharon en mano, una olla envuelta en cama y cubierta en aguayo (tejido tradicional de esta parte del altiplano), se instalan que al ritmo de mofas, frases algún chiste ocurrente, dos jóvenes de secundaria que se atreven a emprender la venta de arroz con leche, al precio de 1 boliviano.
Víctor Mateus Mamani y José Luis Apaza Mamani en puertas de la UPEA |
A la curiosidad, me atreví a preguntar a estos dos jóvenes el motivo de su forma y márquetin.
¿Por que venden arroz con leche?
Teníamos que buscar alguna manera de cómo pagar las cuotas asignadas para nuestra promoción. Esto empezó cerca a los días del “día de la Madre” y nos preguntamos ¿qué tipo de negocio podría rentarnos?, pensamos en la universidad pero no sabíamos ¿Qué hacer o vender?, así que entre tanto re bundeo decidimos lanzarnos para probar con este producto.
Esta venta ayuda económicamente a nuestras familias, entre algunos gustitos que nos damos, todo lo ganado lo invertimos para la siguiente jornada y lo restante los dividimos entre los dos a partes iguales, mencionaron ambos.
¿Cómo empieza su jornada?
Después de cumplir y hacer las actividades de colegio nos reunimos todas las tardes y empezamos a hacer hervir el agua, preparar el arroz, el azúcar entre algunos condimentos y preparar lo que será el arroz con leche que ofertamos.
Todo lo hacemos en la casa de José Luis, el coloca desde la olla que pertenece a su madre hasta las últimas cosas que necesitamos para llevarlo cargando a las puertas de la universidad.
Ahora en vacaciones lo haremos seguido y aprovecharemos el tiempo envés de dedicarnos a otros malos vicios.
Al principio teníamos temor, poco a poco ganamos mayor confianza hasta hacernos caseros y amigos de varios de nuestros clientes.
Nuestros padres nos apoyaron con un poco de recelo y desconfianza, no creyeron que podríamos ser capaces de cocinar y venderlo en la calle. Ahora nos apoyan y ayudan con este tipo de negocios.
Nuestros amigos luego de vernos y burlarse al principio, ahora vienen nos ayudan y apoyan en comprarnos algunos vasos de leche. En el colegio no nos dicen nada pero creemos no hace nada malo por eso ellos no dicen nada mas solo apoyarnos.
¿A qué problemas tropezaron?
Aun principio vendíamos arroz con leche y empanadas calientes, las señoras de los puestos cercanos vinieron y nos riñeron diciéndonos que somos unos aprovechados y ambiciosos. Decían también que le quitábamos las ventas que ya no nos dejarían vender más.
Al final negociamos con las señoras, quedando siempre y cuando no vender empanadas. Eso nos quito un poco de nuestras ganancias pero aun así seguimos vendiendo.
Alguna que otra vez reclamaron que lo que preparábamos le faltaba azúcar, que esta frio, o alguna escusa por demás. Nosotros cuidamos cada detalle y mejoramos cada vez que empezamos el preparado.
Algunos que otros borrachitos que pasan dicen que les vendamos alcohol con leche, creemos que los dicen en son de burla pero son raros y nada comunes.
El frio es el mayor reto, pero entre risas y chistes más los clientes que en su mayoría vienen con risas y su curiosidad de no creer que dos jóvenes venden y agarrar cucharon de cocina para llamar la intención en la venta de arroz con leche.
Alguna vez nos quedo arroz con leche de sobra, y era por demás acabarnos todo lo que cocinamos entre nosotros y la familia. Eso no pasa seguido y para no pasar lo mismo nos quedamos hasta horas altas de la noche.
¿Qué esperan en lo futuro?
Aprendimos que si juntamos fuerzas podemos lograr grandes cosas, tenemos varias ambiciones en lo empresarial, ojala si seguimos en esta actividad crecer y hacer más emprendimientos.
Ya es familiar por toda la comunidad universitaria ver las tardes a estos dos jóvenes comprendidos entre 16 y 17 años de edad vendiendo arroz con leche en las puertas de la Universidad Pública de El Alto (UPEA).
@tonnylp
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