Los más de 1.000 indígenas que marchan hacia la ciudad de La Paz en rechazo a la construcción del tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos están cerca de finalizar su paso por los Yungas paceños y ya divisan la nieve y neblina de la zona más alta, la Cumbre.
Entre los caminantes se evidencia el temor y la poca preparación para afrontar el frío, las subidas y el “mal de altura”, cuando faltan casi 110 kilómetros para llegar a la sede de Gobierno.
A un paso acelerado, los marchistas recorrieron este lunes, en casi nueve horas de caminata, 32 kilómetros desde la comunidad de San Pedro hasta Santa Bárbara, donde al promediar las 14:30 llegaron al campamento de la empresa constructora Arbol, acompañados de 10 guardias móviles, tres orquestas de tamboritas y flautas, un camión y una ambulancia que socorrió a dos desmayados por el sofocante calor propio de la zona.
Ordenados en columnas de dos, un comandante de escuadra representante de cada una de las 12 regionales ordenaba con un silbato que los indígenas se replieguen a la fila cada vez que divisaban un vehículo.
La escasez de agua durante el trayecto, fue evidente. Al pasar cerca de las vertientes, los indígenas se aglutinaban para almacenar el agua en botellas y poder paliar su sed mientras recorrían el camino pedregoso.
Al llegar al campamento, las mujeres representantes de las regionales que partieron junto a la comisión de avanzada a las 5:30 de la mañana, esperaban a los marchistas con la comida lista: todos los platos con arroz, acompañado de plátano frito, otros de fideo y algunos privilegiados con pedacitos de carne.
Después del desayuno-almuerzo que tuvieron, muchos aprovecharon el tiempo para armar sus carpas, otros sacaban sus ropas para lavarlas en el río, mientras un número reducido descansaba bajo el galpón de la empresa. Los más de 80 niños y niñas que acompañan la marcha aprovecharon los minutos para patear improvisadas pelotas de plástico, jugar con tierra y aprender con dinámicas lúdicas que prepararon un grupo de activistas Unicef como parte del Programa Nuevo Sol que trabaja el aspecto emocional de los infantes indígenas.
Botiquines
A las 16:30, el responsable de salud de la Cidob, Julio Queti, convocó a los representantes del área de las 12 regionales para una reunión de emergencia con tres objetivos: crear botiquines con las miles de muestras médicas que recibieron como donación; hacer un censo del número de madres embarazadas, niños lactantes, ancianos y personas con diabetes en cada una de las regionales; y alistar todo el equipo humano y de curación para ascender a la Cumbre.
ADHESIONES Y RECIBIMIENTOS
En las jornadas del domingo y del lunes se adhirieron a la marcha, indígenas de la Organización Indígena Chiquitana (OICH), 60 personas que llegaron del Tipnis, 28 del Conamaq y universitarios de la Universidad Pública de El Alto (Upea).
Estudiantes del colegio Challa de la comunidad del mismo nombre salieron a recibir a los marchistas con aplausos. Además, en el campamento de Árbol en Santa Bárbara recibieron la visita de unas 40 personas de las juntas vecinales de Coroico que llegaron con galletas, pan, leche, ropa, medicamentos para entregar a los marchistas y posteriormente organizaron un baile con música autóctona que fue interrumpido por la lluvia que cayó en la zona al promediar las 18:00.
Hay comentarios de algunos dirigentes de que pretenden llegar a La Paz después de las elecciones judiciales ya que no quieren perjudicar ese proceso.
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