EducaPro presentó resultados de la actualización de un estudio sobre la demanda y oferta de profesionales y técnicos que precisa el país en rubros estratégicos. La tendencia acentúa la brecha hallada el año 2005
El país sigue formando profesionales que el mercado no
necesita en tal cantidad. Es la principal conclusión y advertencia de la
actualización del Estudio del Mercado Laboral en Bolivia realizado por
EducaPro, con apoyo de la UPB, UAGRM y Fautapo.
“El panorama no ha cambiado mucho”, afirma Mario
Galleguillos Loayza, director del Programa de Financiamiento Educativo
EducaPro, que depende de la fundación FundaPro.
“Las tendencias de desencuentro entre la oferta y la demanda
se han acentuado, especialmente en Ciencias Jurídicas”, señala. El primer
estudio se realizó en el 2005 y seis años después, esta oferta se mantiene en
el mercado.
Frente a esta situación, “se ve que hay una demanda de
profesionales de Economía y Auditoría, se requieren este tipo de
profesionales”, indica Galleguillos. En el nivel técnico, es decir la oferta de
los institutos técnicos, hay una sobreoferta de secretariado ejecutivo. El
estudio actualizado muestra que hay una carencia de técnicos especializados en
el sector productivo.
Por ejemplo, “hay necesidad de técnicos soldadores para el
sector energético y de hidrocarburos y técnicos especializados en
administración de recursos naturales. No son formados ni por las universidades
ni por institutos. Esas son las asimetrías encontradas”, detalla.
Y esta brecha se acentúa según las regiones geográficas.
Galleguillos manifiesta que en el oriente es más notoria la demanda por
técnicos en el sector hidrocarburos. Allí se encuentran las empresas dedicadas
a la exploración y explotación de hidrocarburos, principal recurso no renovable
de exportación que sostiene los ingresos económicos del país.
En los valles y altiplano, la necesidad es de técnicos vinculados
a la innovación y nuevas tecnologías para el sector agropecuario. En la
metrópoli paceña (La Paz y El Alto), si bien se han realizado esfuerzos por
contar con técnicos especializados en manufactura, textiles, metalmecánica y
madera, “no es suficiente”, asegura.
Mirando al futuro, “la explotación del litio (en el Salar de
Uyuni) o del hierro (en el Mutún) va a requerir de profesionales capacitados en
esas áreas productivas”, enfatiza Galleguillos.
El estudio ratifica que hay un desencuentro entre la oferta
de profesionales y la demanda de qué tipo
de técnicos se requieren para atender los diferentes rubros y
actividades económicas estratégicas y empresariales del país.
“De manera general, vemos que hay saturación de algunas
áreas académicas; pero también vemos que profesionales y técnicos no son
absorbidos por el mercado laboral y pasan a formar parte de la masa de
desempleados, subempleados”, advierten en el estudio. Y pocos se convierten en
emprendedores por necesidad en condiciones de trabajo mínimas que no les
permite acceder a los beneficios de la seguridad social, salud y otros que
hacen a un trabajo digno, sostiene el director de EducaPro.
Galleguillos agrega que “se debería impulsar la formación
técnica productiva”, porque en la actualidad “se están formando a nivel técnico
vinculados a temas comerciales y de servicios”. Sin embargo, subraya que el
cambio implica altos costos de inversión, debido a que tendrían que “adquirir
tecnología de punta que les permita impartir una formación de calidad”.
Existe un millón y medio de personas entre 15 y 24 años, de
los que un 30% se encuentra estudiando, 48% son mujeres.
EducaPro propone crear un observatorio del mercado laboral,
con participación de los sectores público y privado, con el fin de tener
información actualizada para delinear nuevas políticas públicas y dar
orientación a las nuevas generaciones del país.
Más universidades, misma oferta
En los últimos cinco años se crearon más universidades e
institutos técnicos, y la matriculación, en ambos casos, subió en un 10%; sin
embargo, ofrecen las mismas opciones y su nivel es regular, muestran las
percepciones recogidas en el Estudio de Mercado Laboral.
“Se percibe que la calidad de la formación universitaria y técnica es regular. Los
profesionales egresados reciben una formación principalmente teórica, lo que
genera que las instituciones tengan que realizar inversiones adicionales en
capacitación del personal que recién se inserta”, señala el estudio.
Por otra parte, no se percibe que exista un posicionamiento
o especialización de las casas de estudios superiores que les permita ser
reconocidas por su calidad formativa en un área específica.
También se realizaron encuestas por correo electrónico donde
se constató que un 61% afirmó que las carreras a nivel técnico no responden a
las necesidades del mercado y un 52% señaló lo mismo para las carreras a nivel
de licenciatura.
Representantes de las universidades e institutos técnicos
dijeron percibir que su calidad es regular, con un 53% y 42%, respectivamente.
En Bolivia existen 59 universidades, entre las del sistema público y las
privadas.
Formar emprendedores, pendiente
El Estudio del Mercado Laboral en Bolivia muestra que pese a
que muchas universidades están haciendo esfuerzos por incluir en sus pensums
materias que motiven el emprendimiento empresarial, la mayoría de sus alumnos
orienta su formación hacia la posibilidad de ser dependientes.
Respecto a la orientación más práctica de las carreras a nivel
técnico, el sector empresarial cree que este tipo de profesionales posee mayor
inclinación a crear su propia empresa, aunque las percepciones de los
responsables de las casas de estudios superiores proporcionan una visión
contraria.
Según el estudio, algunas universidades están desarrollando
estrategias de relacionamiento con empresas privadas para apoyar el proceso de
inserción de sus estudiantes en el mercado laboral ya como profesionales. Otras
están optando por crear bolsas de trabajo como apoyo a los estudiantes. Sin
embargo, se percibe que la mayoría de los centros de formación universitaria y
técnica no cuenta con mecanismos de apoyo para que sus graduados se inserten el
mercado que cada vez exige más experiencia. Y los institutos carecen de acciones
de inserción laboral directas.
Svetlana Salvatierra
Periodista
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